Percibo cómo la energía en mi nuca se conecta al cielo. Se abren las fauces y oigo, por primera vez, mi voz. Soy sin irme de mí. Aúllo y siento cómo ablando aquel dolor que habita mis entrañas, le doy lugar a que se muestre. Dejo que me duela hasta oírlo festejar un nuevo inicio.
Hexágono curativo
