Categorías
Arquitectura integrada Diario del habitar Reflexiones

Reflexiones de los habitares

Para que nuestro habitar actual cree el nuevo hogar se necesita presencia. Asumir el momento interno trayendo conciencia sobre lo vivido, dejando que nuestras emociones se expresen y se transformen. Darnos permiso para reconocer nuestro estado actual, liberando del pasado a los espacios que lo contuvieron y abriendo lugar para lo nuevo, llegaremos a descubrir cómo va naciendo, cambiando, muriendo el hogar según el pulso de los diferentes habitares. 

Una casa tiene un ritmo dado por los habitares que se suceden, equivalente a decir que, inhala cuando recibe un habitar y exhala cuando se deshabita, generando un flujo entre vacíos y llenos, entre procesos vitales. Para que una casa vuelva a ser un hogar, necesita darle espacio al proceso de la transición, al estar sin hacer, dejando que cada ambiente nos cuente su historia, que cada objeto emane sus símbolos y cada olor traiga sus recuerdos. Recorriendo cada lugar, yendo desde el pasado hacia el presente, encontrando, sintiendo, permaneciendo, mientras volvemos a sentirlo y dejamos que se nos muestre, así podemos nombrar, ordenar, reconocer, limpiar, en una gran entrega hacia resignificar integrando lo que existe a lo nuevo. Lleva tiempo y compromiso con el encuentro de nuestra historia. 

Son estados de máxima sensibilidad que, si los habilitamos con cuidado y gratitud, nos acompañan a aceptar lo que vivimos, conscientes de reconocer la experiencia que nos traen, aunque nos duela. Así vamos encontrando nuestras reliquias, integrando a nuestro ser entre lo que fuimos y lo que somos. Nos amalgamamos en cuerpo, energía y espacio, para expresar la esencia que llevamos dentro.

Abrirle el caudal a la escucha plena de nuestro latido. Quedarnos un rato en silencio, oyéndolo y confiando en sus palabras. Cuando llevamos luz a los lugares y dejamos que la energía se mueva, podemos ver las nuevas formas, y cómo la casa se convierte en un nuevo hogar, acompañando en su camino a quien la habita. 

Hay veces que el límite es el tiempo con el que contamos para resolver,  y es la acción en ese tiempo hacia lo desconocido donde van surgiendo las ideas, las intenciones, los quehaceres con cada cosa, con cada lugar. ¿Qué lugar tiene en mi vida este objeto? ¿Me identifico con él? ¿Lo siento parte? No, y entonces ¿qué hago?. Con las preguntas llegan las opciones como herramientas para resolver. Lo regalo, lo vendo, lo reciclo. Es un proceso que inicia haciendo lugar interno,  caminando entre lo que fuimos y lo que somos. 

Son momentos portal que merecen ser acompañados más allá de la resolución física, para integrar los cuerpos sutiles y emocionales, pudiendo así, encontrarnos en nuestro ahora para reconocernos, abrazarnos y agradecer.  

Sentir cómo nos habla el hogar, cómo nos recibe, nos despide, como se vuelve uno con nuestra esencia.  Aprendamos a recibir sus regalos. 

Pasos para acompañar el dolor del habitar

Hacer silencio y dejar que duela. Estar en el estado reconociendo lo que que duele mientras se encuentran los recursos que habilitan nuevas formas de ver la situación. Es momento de no tocar el plano material (casa-reforma-mudanza), no decidir arrebatadamente, hay que dar  tiempo a que la energía vital en escena se ordene, se asuma la nueva realidad y se activen las acciones genuinas al nuevo estado del ser.

Observar el vacío lleno de memoria, reconocer los recuerdos existentes en los objetos, en los muebles y, mediante prácticas específicas, liberar las emociones que se retienen, creando recursos que dan paso a modificar la arquitectura si fuera necesario.

Activar la energía vital, ponerla en movimiento, comenzar a ordenar, a limpiar, a reciclar y a retirar muebles,  a elegir los objetos, dejando que la vibración del vacío abra a la pregunta iniciática: ¿Quién soy hoy? ¿Qué nuevas formas voy a crear para mi espacio? 

Con la energía vital en estado presente, comenzar a accionar el plano material del nuevo hogar, verlo como si fuese la primera vez, visualizar las futuras acciones y planificarlas con una actitud creativa.